La música y yo


Hace un par de meses yo no sabía quién era Lana del Rey, me topé con un video suyo, me detuve y lo escuché entero; de algún modo debió llamarme la atención porque además de buscarlo para escucharlo de nuevo, noticias sobre ella o su música siguieron apareciendo de modo casual; el caso es que me ha hecho recapacitar acerca de mi relación con la música, mis escasos conocimientos de ella, en general y en el hecho de por qué algunas cosas se nos quedan grabadas en la retina o más allá de ella.

Pese a que hice algunos intentos primero con una guitarra y luego con un violín, pese a que de un modo u otro siempre he tenido a mi  alrededor muy buenos amigos y amigas relacionadas con el mundo de la música no he logrado hablar ese idioma y siempre pienso en la música como una asignatura pendiente; no obstante no hago nada para remediarlo. La música no me es imprescindible para vivir, esa es la conclusión a la que he llegado, puesto que en los listados que me encomiendo repletos de tareas no cumplo con un precepto que en más de una ocasión me he marcado como objetivo: llegar a casa y poner música. La música siempre me conduce al movimiento y me gusta si me envuelve, me relaja y puedo pensar en movimientos; con lo cual soy una auténtica analfabeta musical. 


Luego, me asaltaron algunas preguntas respecto a Lana:
¿Quién es esta mujer que ha conseguido que su música o su estética me envuelva y haga que repare en ella?
¿Qué tipo de música hace? ¿En qué estilo se la puede enmarcar?
¿Nos venden determinados productos con fecha de caducidad? 

Y pedí a una persona, en cuyo criterio confío, para que me ayude a despejar esas dudas y aquí están las líneas que ha escrito sobre Lana del Rey.

"No es muy recomendable hablar de algo que no se conoce o sobre lo que no se sabe suficiente, pero cuando se trata de un tema tan simple como la música actual, uno se puede permitir ciertas licencias y atreverse a realizar una crítica sin apenas documentase previamente.


Cuando me propusieron escribir sobre Lana del Rey, he de reconocer que nunca antes había oído ese nombre y mucho menos lo que se escondía trás él. Me facilitaron algunos vídeos en los que pude ver su aspecto y escuchar un poco su trabajo, lo suficiente como para hacerme una rápida idea de lo que tenía delante. Buscando un poco de información, me entero de su corta pero intensa historia: Lizzy Grant (su verdadero nombre) es una chica joven, atractiva, de aspecto delicado y angelical con una voz interesante que decide colgar un vídeo suyo cantando en una famosa web y la fama le llega en forma de millones de visitas que la catapultan directamente a ser llamada la nueva reina de la música indie, pseudoestilo musical que por otro lado, no tiene ni pies ni cabeza y que resulta ser una suerte de pop rancio y descafeinado con un aire retro que no se sostiene ni con muletas. De ahí pasa a estar en boca de artistas, compañías musicales, diseñadores y toda la pléyade de especuladores artísticos que viven del cuento, todo en tres meses. Luego, lo inevitable: una (según algunos entendidos) desafortunada actuación en directo en el famoso show televisivo norteamericano Saturday Night Live, la hunde en un mar de críticas despiadadas hechas probablemente por los mismos cretinos que la encumbraron antes; gente sin principios, sin escrúpulos y sin vergüenza.
Todavía hoy está intentando sacudirse las palabras de sus detractores a base de presentarse lo más natural y sincera posible y de intentar hacer lo que mejor sabe: cantar, aunque en este negro y sucio entramado de la industria musical moderna, poco se puede hacer para luchar contra lo establecido. Personajes patéticos como Lady Gaga, Rihanna o algún rapero de tres al cuarto, siguen encumbrando la decadente industria y cualquier novata que intente hacerles sombra, tiene que andarse con muchísima cautela o acabará mordiendo el polvo.


Sobre su música, poco puedo decir; no es mejor que la que hace cualquiera de los nombres anteriores, pero sin lugar a dudas, tampoco es peor. Posee un estilo tranquilo, neutro, con poca gracia y con nulo aporte a la escena musical global, aunque esto es una característica común en la música desde finales de los años 70...y ya ha llovido. Voz grave, en exceso a veces para algunos, aspecto comercialmente correcto y con más integridad musical que muchísimos mal llamados cantantes que hoy día siguen viviendo de las rentas de su época dorada.


Lana del Rey, mujer de intensa historia y futuro incierto, merece la oportunidad de ser escuchada".


¿Qué opinan?
Según el compositor, Goran Bregovic, la músca no es como la comida, el aire o el sexo para vivir,
dice que es como la sal, un buen aderezo...
¡Feliz lunes!

2 comentarios:

Ligia dijo...

Es la primera vez que la escucho y me ha parecido dulce y agradable de oir, pero no creo que me enganche. Quizás es que yo me quedé anclada en cantantes y canciones del pasado y cada vez es más difícil que musicalmente algo me atraiga, pero está bien. Y la "crítica" también me gustó. Abrazos

Tatiana Doria dijo...

Me ha encantado este post, la incógnita y la crítica. No la conocía y me parece que como bien dice "la experta" habrá que darle una opotunidad. Desde luego que no puedo soportar ni a Lady Gaga ni a Ryana.